viernes, 30 de octubre de 2015

Las impresoras 3D en la biblioteca.

Hoy en día es muy común ver el desarrollo de nuevos entornos de aprendizaje en el interior de las bibliotecas, esto permite en buena medida ampliar nuestros horizontes y que en general, pretenden ser entes dinámicos que desarrollen las capacidades científicas bajo una filosofía de compartir conocimiento. 

Estas tendencias requieren que la biblioteca sume recursos para lograr dicha misión y es interesante analizar el caso de las impresoras 3D, las cuales se han integrado a la biblioteca de manera positiva.



Las impresoras 3D están incursionando en diversos ámbitos, principalmente en el área médica, arquitectura e ingeniería, sin embargo no hay restricciones y el ámbito educativo no ha sido la excepción, se ha valido de estas herramientas con el fin de incentivar el aprendizaje dinámico y que se enriquezca a través de la cooperación.

La biblioteca ha dejado de ser una entidad que sólo resguarda libros, su papel de apoyar a los usuarios con los servicios y equipos necesarios hace que hoy por hoy se involucre con las recientes innovaciones.

Los debates acerca de esta tecnología siguen y sin duda las impresoras 3D en las bibliotecas se integran como un recurso más (no es el libro mismo un recurso y en su momento fue la tecnología de la época) y como cualquier otro servicio, lo importante es reconocer si es una necesidad para la comunidad y no solo una moda. Uno de los retos es formarnos para sacarle provecho y además para formar a nuestros usuarios y compartir nuestras experiencias.


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