lunes, 7 de noviembre de 2011

Actividad creativa y recreativa de lectura

La lectura tiene una gran importancia en el proceso de desarrollo y maduración de los niños. Desde hace unos años se está notando un creciente interés de los padres por la lectura de sus hijos, quizá porque saben -se les dice así desde los medios de comunicación- la relación que existe entre lectura y rendimiento escolar.

Desde estas páginas quisiera hacerles conscientes de que el potencial formativo de la lectura va más allá del éxito en los estudios; la lectura proporciona cultura, desarrolla el sentido estético, actúa sobre la formación de la personalidad, es fuente de recreación y de gozo.

La lectura constituye un vehículo para el aprendizaje, para el desarrollo de la inteligencia, para la adquisición de cultura y para la educación de la voluntad.





Escribir implicaban un reto que no todos estamos dispuestos a aceptar. Pero escribir es algo que nos enseñan y hacemos desde pequeños. Luego entonces, ¿Por qué, en especial, los alumnos, lo consideran algo difícil? ¿Por qué cuando les encargamos algo de tarea, de investigación (como un cuestionario o un resumen) se dedican solo a transcribir de la fuente donde lo investigan? Aún peor, con la Internet, ni siquiera leen, solo copian, pegan e imprimen, en el mejor de los casos. ¿Realmente es difícil escribir?

El español (tanto la lectura como la escritura) no es ajena a ninguna área del conocimiento. Realizamos lecturas en el aula de clases, leemos el menú del día, vamos al cine y leemos las letras en los subtítulos de la película, nos entregan folletos en la calle publicitando tal o cual negocio, entre otros muchos ejemplos. Y todas esas lecturas, son palabras escritas en algún tipo de medio. Alguien las escribo. ¿Qué pasa entonces?

Considero que parte de este problema somos nosotros mismos como docentes. No les demostramos a los jóvenes que nosotros escribimos. No predicamos con el ejemplo. Claro, es parte del problema, no lo es todo. Otra parte, creo yo, son los mismos jóvenes. No leen. Yo comparto la idea de que la mejor forma para poder escribir, es leer. La lectura nos amplia las ideas, reconocemos estilos, adoptamos formas, aprendemos de los demás. ¡Que mejor forma de poder escribir si sabemos leer!

Por ello, una idea de compromiso docente para con los alumnos seria estructurar una antología de trabajo de acuerdo a la asignatura impartida. Las opciones de temas inmediatamente se multiplican. Cada joven tiene gustos particulares por algún tema en específico, explotemos ese gusto. Aclarémosles cual es el objetivo de esta actividad, mostrémosles los beneficios, motivémosles a escribir.

Para iniciar, debemos enseñarles los diversos tipos de escritura que existen para conformar una antología: reseñas, comentarios, reportes de investigación, reflexiones, cuentos, fabulas, novelas y poemas, entre otras. Explicarles en que consiste cada una de ellas seria el siguiente paso. A partir de aquí, ya elegido algún tema, se puede iniciar el trabajo de escritura. La función del docente, aparte de este inicio, será el supervisar que se vayan cumpliendo los requisitos establecidos en cada tipo de escritura. Leerá y, en su caso, sugerirá y corregirá los escritos de sus alumnos. Será el corrector de pruebas de ellos.

Posteriormente, se puede realizar un cronograma de actividades en donde se establezcan propósitos a corto plazo, lugares y tiempos de búsqueda, tiempos de entrega de avances y del trabajo final. Todo esto es un trabajo que implica tiempo y esfuerzo. No se puede solicitar para dentro de 15 días. Debe ser, tal vez, un proyecto semestral. ¿Por qué tanto tiempo? Porque los alumnos necesitan pensar y madurar sus ideas, deben ser capaces de asumir, tanto mental como pedagógicamente, el reto que se emprende. Plasmar en papel lo que pienso no es fácil. Tienen que leer y releer lo escrito. ¡Y cumplir con normas gramaticales desde luego!

Los beneficios de este tipo de trabajo son amplios. Mejora las relaciones entre los mismos alumnos, origina habilidades (la escritura en primer lugar) y valores (respeto y tolerancia) para con el trabajo en si, así como las tan sonadas competencias que se manejan hoy en día. De la misma forma, mejorarán la relación con el docente y con los directivos de la Institución al apreciar el esfuerzo de los adolescentes.

Posterior a todo este proceso, se elegirá, ya sea unos cuantos trabajos o el conjunto en total. Esta antología, dependiendo de la idea original del docente y en común acuerdo con los alumnos, podrá ser fotocopiada y empastada por ellos mismos o ser llevada a una imprenta y tener los tomos que consideren necesarios: uno para cada uno de ellos, otros para la biblioteca escolar, talvez algunos más para los docentes de otras áreas. La idea es que el trabajo no solo se quede en el aula, sino que trascienda esa barrera. Esto serviría como motivo extra para realizar la actividad.

La escuela deberá ser consiente del esfuerzo de los jóvenes. Podría crear un concurso en donde se premie la mejor antología por grado, por ejemplo. También seria posible que ellos publiquen la antología junto con otros patrocinadores. O mandar el trabajo a una reunión que conjunte este esfuerzo en diversas escuelas. Las posibilidades serian muchas.

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