PADRES BRILLANTES, MAESTROS FASCINANTES,
AUGUSTO CURY–PSIQUIATRA HUMANISTA
Este libro estrena mi sección de recomendados porque es una verdadera joya de la educación. Es un libro corto y fácil de leer, con un estilo coloquial y ameno, que presenta una visión crítica pero esperanzadora del mundo de la educación actual.
Padres brillantes, maestros fascinantes nos presenta las tremendas dificultades a las que nos enfrentamos quienes tenemos la bonita tarea de educar, y cómo hoy en día no basta con ser un buen padre o un buen maestro: hay que ser brillante, y fascinante.
De la mano de esta premisa, Augusto Cury nos presenta sus principios básicos para llegar a convertirnos en esos padres o maestros que dejan verdadera huella en sus hijos y alumnos. Esos que van mucho más allá de lo que se hace actualmente, utilizando principalmente las armas de la creatividad, la emoción y la afectividad. No es una lista larga ni técnica, pero son las llaves maestras que pueden llevar a abrir el corazón de cualquier niño o joven.
SIETE HABITOS DE LOS BUENOS PADRESY DE LOS PADRES BRILLANTES
Los niños no necesitan padres gigantescos, sino seres humanos que hablen su lenguaje y que sean capaces de penetrar en sus corazones
1er HÁBITO: BUENOS PADRES DAN BUENOS OBSEQUIOS, PADRES BRILLANTES DAN SU PROPIO SER.
Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar en sus hijos la autoestima, protección de emoción, capacidad para manejar pérdidas y frustraciones, filtrar estímulos estresantes, dialogar, escuchar. Los padres buenos atienden, dentro de sus condiciones, los deseos de sus hijos. Los padres brillantes dan algo incomparablemente más valioso a sus hijos, algo que todo el dinero del mundo no puede comprar: su propio ser, su vida, sus experiencias, sus lágrimas, su tiempo.
Los padres que viven en función de dar presentes a sus hijos, son evocados por ratos. Los padres que se preocupan en comunicar su historia a los hijos, se convierten en inolvidables. Muchos padres trabajan para darles el mundo a sus hijos, pero se olvidan de abrirles e ellos el libro de su propia vida. Lamentablemente, sus hijos sólo van a admirarlos el día en que ellos mueran.
2do HÁBITO: LOS BUENOS PADRES NUTREN EL CUERPO, LOS PADRES BRILLANTES NUTREN LA PERSONALIDAD.
Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver reflexión, libertad controlada, valor, optimismo, superación del medio, prevención de conflictos. Los buenos padres cuidan de la nutrición física de sus hijos, los estimula a tener buena dieta, con alimentos sanos, tiernos y frescos. Los padres brillantes van más allá, saben que la personalidad necesita excelente nutrición psíquica, se preocupan por los alimentos que enriquecen la inteligencia y la emoción.
Debido a que la sociedad se convirtió en una fábrica de estrés, no hay control sobre el proceso de formación de la personalidad de nuestros hijos. Antiguamente una familia estructurada era garantía de que los hijos desarrollarían una personalidad saludable. Hoy, los buenos padres están produciendo hijos ansiosos, alienados, autoritarios, angustiados, que atraviesan graves conflictos. Los padres brillantes preparan a sus hijos para que sobrevivan en las turbulentas aguas de la emoción y desarrollen capacidad crítica.
3er HÁBITO: LOS PADRES BUENOS CORRIGEN LOS ERRORES, LOS PADRES BRILLANTES ENSEÑAN A PENSAR.
Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver conciencia crítica, pensar antes de reaccionar, fidelidad, honestidad, capacidad de averiguar, responsabilidad social. Los buenos padres corrigen errores, los padres brillantes enseñan a los hijos a pensar. Entre corregir errores y enseñar a pensar, existen más misterios de lo que imagina nuestra psicología. Haga que sus hijos reflexionen. Los viejos regaños y los conocidos sermones definitivamente no funcionan, sino que desgastan la relación.
Cuando usted abre la boca para repetir las mismas cosas, inconscientemente estimula la aparición de determinados archivos de la memoria que contienen viejas críticas y como sus hijos ya saben todo lo que usted va a decir, se armarán, se defenderán y lo que usted diga, no les penetrará, no les generará un momento educacional. No insista en repetir las mismas cosas por los mismos errores, para las mismas terquedades porque los hijos continúan repitiendo las mismas faltas. Los mismos errores merecen actitudes nuevas.
4to HÁBITO: LOS BUENOS PADRES PREPARAN A LOS HIJOS PARA LOS APLAUSOS, LOS PADRES BRILLANTES LOS PREPARAN PARA ENFRENTAR LOS FRACASOS.
Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar motivación, osadía, paciencia, determinación, capacidad de superación, creatividad y aprovechar oportunidades. Los buenos padres preparan a sus hijos para recibir aplausos, los padres brillantes los preparan para enfrentar sus derrotas. Los buenos padres educan la inteligencia lógica de los hijos, los padres brillantes educan sus sensibilidades.
Estimulen a sus hijos a tener metas, a procurar el éxito en los estudios, en el trabajo, en las relaciones sociales y llévelos a no tenerle miedo a los fracasos. Muchos no consiguen sobresalir en su trabajo, porque se rindieron frente a los primeros obstáculos. Otros no vencieron porque no tuvieron paciencia para soportar una negativa, porque no tuvieron osadía para enfrentar algunas críticas, ni humildad para reconocer sus faltas. La perseverancia es tan importante como la habilidad intelectual. Vencer no es siempre acertar.
5 to HÁBITO: LOS BUENOS PADRES CONVERSAN ACERCA DEL MUNDO EN QUE ESTÁN, LOS PADRES BRILLANTES DIALOGAN COMO AMIGOS SOBRE EL MUNDO QUE SON.
Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver solidaridad, compañerismo, placer de vivir, inteligencia interpersonal. Debemos comprender que la mejor forma de desarrollar un quinto hábito, es dialogar. Los buenos padres conversan, los padres brillantes dialogan. Entre conversar y dialogar hay una gran diferencia. Conversar es hablar sobre el mundo que nos rodea, dialogar es hablar sobre el mundo que somos. Dialogar es contar experiencias, es sacar lo que está oculto en el corazón, es penetrar la cortina de los comportamientos, es desarrollar la inteligencia interpersonal.
Más de la mitad de los padres nunca tienen el valor de dialogar con sus hijos sobre sus temores, pérdidas, frustraciones. La mayoría de los educadores no consiguen atravesar la cortina de los comportamientos. No es posible que muchos padres e hijos viviendo en el mismo techo, permanezcan aislados, dicen que se aman pero gastan poca energía en cultivar el amor. Cuidan de las paredes cerradas, los problemas del auto, pero no cuidan los cierres de la emoción y los problemas de relación.
6to HÁBITO: LOS PADRES BUENOS DAN INFORMACIONES, LOS PADRES BRILLANTES SON CONTADORES DE HISTORIAS.
Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar creatividad, inventiva, perspicacia, raciocinio esquemático, capacidad para encontrar soluciones en situaciones difíciles. Los padres buenos son una enciclopedia de informaciones. Los padres brillantes son agradables contadores de historias, son creativos, perspicaces, capaces de extraer de las cosas más simples, bellísimas lecciones de vida. Apenas tenga el hábito de dialogar, cuente historias, cautiven a sus hijos por su inteligencia y afectividad y no por autoridad, dinero o poder.
Conviértanse en personas agradables e influencien en el ambiente donde los hijos están. La imagen que los amigos de sus hijos tengan de ustedes, es el termómetro que indica si son agradables, indiferentes o insoportables. Si ellos se complacen en acercárseles, ustedes aprobarán el examen, si los evitan fueron reprobados y tendrán que revisar sus actitudes. Los padres que son contadores de historias, no tienen vergüenza de usar sus errores y dificultades para ayudar a sus hijos a meterse dentro de sí mismos y encontrar sus caminos.
7o HÁBITO: LOS BUENOS PADRES LES DAN OPORTUNIDADES A SUS HIJOS, LOS PADRES BRILLANTES NUNCA DESISTEN DE ELLOS.
Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar aprecio por la vida, esperanza, perseverancia, motivación, determinación y capacidad de debatir, de superar obstáculos y de vencer fracasos. Los buenos padres son tolerantes con algunos errores de sus hijos. Los padres brillantes jamás desisten de ellos, aunque los decepcionen, cometan errores, no les agradezcan y pasen por los senderos de los trastornos emocionales.
El mundo puede no creer en nuestros hijos, puede suponer que no lograrán nada en la vida, pero si somos padres brillantes podremos creer en ellos, procurar distinguir lo que ninguno ve. Los padres brillantes son sembradores de ideas y no controladores de sus hijos. Siembran en el solar de sus inteligencias y esperan que un día germinen sus semillas. Durante la espera puede haber desolación, pero si las semillas son buenas, un día germinarán. Aunque los hijos desprecien su futuro, algún día retornarán. Un ejemplo magnífico para ser seguido, es la Parábola del Hijo Pródigo.
Los siete hábitos de los padres brillantes pueden cambiar para siempre la educación. Pueden revolucionar la relación entre padres e hijos y transformar la familia en un jardín de sueños.
¡¡¡realmente vale la pena darlo todo….y esperar lo mejor!!!
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